sábado, 10 de diciembre de 2011

Días cortos, besos largos.

Ya son muchos anocheceres, días de final de verano, de estrellas, de lunas llenas mirándonos desde algún rincón. Ahora ya apenas vemos la luna aunque espero que el brillo de tus ojos siga presente hasta que vuelvan los rayos de sol en un par de estaciones.
Llegó el frío, la lluvia, el cielo cubierto de nubes de algodón gris, momento de agarrarme más a tu cintura, de buscar más tus manos, tu boca, a ti.
Trocitos verdes, del jardín, que saben quizás demasiado. Te quieros al oído. Risas tontas sin motivo pero con razón. Miradas, horas perdida en tus pupilas. Días de rayos de sol, de soltar en una carcajada todo el aire y después respirar. De soñar, despiertos o dormidos. De perdernos por ahí un domingo o un jueves cualquiera.
La suma de los días juntos y la resta de ellos para el asalto al mundo, ayuda, a ir teniendo más complicidad, más sinceridad, más besos apasionados tan nuestros.
Pero quiero más, te quiero entero para mí, secuestarte una mañana y no soltarte, que la luna ultimamente me sabe a poco, quiero que el sol nos pille entre caricias de esas largas.
Quiero más momentos de esos, de mirarte y reirme porque sí, porque contigo es así de fácil, porque me gusta tu sonrisa y me encanta colgarme de tu cuello poniéndome de puntillas y buscarte hasta que me encuentras, entre mimos y cosquillas.
Quiero tu. Quiero contigo. Quiero más nosotros.

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