Nótase que estamos en Galicia.

Por días como el de hoy.

Que huele, como dice la Peque, a un poco de todo, a lluvia, a tierra, a mar...

No puede dar para más una tarde, que andar de tiendas un rato (aprovechando que acaba de abrir en nuestra pequeña ciudad un H&M y que no queda nada para fin de año), andar dos o tres kilometros para ver a Amor, y después de captar los olores da terra y andar casi a rolos polo monte, perder el tiempo viendo pasar los coches y los minutos delante de casa de los abuelos.

Más risas que con mi Caramelo y la niña pequeña, complicado, tantos mimos y cariño en un día lluvioso, de diciembre, de un otoño que ya es invierno, con alguna canción de fondo y perdida entre sus brazos y su boca.

Entre un par de trenzas sobre el hombro, algún gorrito con pompom, una preciosa y pequeñita cafetería encontrada en la zona vieja en la que nos sirven chocolate que pica y deliciosa tarta de queso.

Planeando esta semana diferente.

Sonriéndole a las nubes grises que hoy al menos sí nos dejan ver la luna y alguna estrella caprichosa.

Me encantan los días como este, formados, de principio a fin, por pequeños detalles.

Vuelta a casa, sóla, pensando en ti, en mis ganas, que el miércoles toca dibujarte y el jueves espero que perdernos por ahí... Que sabes que soy una cabecita loca, que tu eres mi león, ese que hace que se me alborote la melena, pero sabes, que al final soy frágil como una pompa de jabón.

Más que añadir...?

¿Sábelo? Quérote.

(con locura.)