jueves, 17 de noviembre de 2011

A.

Ella era hace apenas seis meses, la chica gris que se dedicaba a intentar asaltar el mundo de cafetería en cafetería, escondida tras una taza de sólo con hielo en verano, o calentito con leche en invierno.
Pero era eso, una chica, tras una taza, sentada en la mesa de una ruidosa cafetería.
Luego las cosas cambiaron, unos se fueron y llegaron otros (ojalá hubieran llegado antes) y encontró una preciosa cafetería tranquila y perfecta para las tardes de viernes pequeñita pero que daba cabida a todas las vidas sencillas.
Y ahí empezó el cambio, lo malo se fue, lo oscuro se desvaneció con la sombra de los que se iban y la luz en las sonrisas de los que llegaron hizo que un gran rayo de sol, en forma de sonrisas y cosas bonitas, le quitase al cielo de la chica gris su color oscuro y se volvió azul y con nubes de algodón, vinieron para quedarse y también para dar mimos y buenos consejos a una chica ya de un azul muy intenso,que aprendió a sonreir a decir te quiero, a confiar y no tenerle miedo a esas cosas tontas y diminutas que antes parecían mundos.
Entonces ella pasó de ser Ella, a ser yo, A.? no, Antía con todas las letras.
Aprendió a enamorarse de verdad, a querer, a dar, sobre todo mimos, y a regalar sonrisas que no sabía gustasen tanto. Está aprendiendo a escribir bien, ha vuelto a dibujar, el brillo de su sonrisa llega ahora a sus ojos, no le hace falta hacer el pino para conseguirlo.
Nos dedicamos al asalto al mundo a gran escala, a la conquista de bocas, manos y ahora con el otoño, ya, pies fríos también.
A cometer locuras, perder la cordura una tarde al teléfono, un viernes o un sábado amaneciendo con cara de locos.
Nos rodeamos de trocitos de jardín, de alegrías tontas, de miradas que te hacen sentir grande, de recuerdos de esos que solo te hacen sonreir, de que contigo y sin ti las cosas cambian mucho.
Nos intentamos hacer gigantes, nos volvemos locas por escuchar un quédate alguna noche,
por un vale tras un venga. Sin últimos bailes, agitando las melenas de león, poniendole azucar a lo malo y a bailarlo, que ahora todo es mucho mas fácil.
Ahora están ellas, que han dado la vuelta a este peculiar mundo, y lo han convertido en algo divertido y fácil.
Está el, que quién sabe si ha venido para quedarse o que, pero bueno, tiene ya un huequito en mi corazón.
Mamá sigue ahí, como siempre con sus consejos y los mejores mimos del mundo mundial.
Mientras, yo, aquí, esperando se acabe este año, con ellos, siempre, y preparada para que pasen los cinco meses que quedan, con la idea loca de irme a vivir con los abuelos, esperando sacar buenas notas, agarrada a ellos...
C.B.S.A...C.S.B.F.E.J....

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